
Por Redacción Ouller
El modelo tradicional de compra de vehículos está perdiendo espacio entre los jóvenes brasileños. En 2025, el mercado de autos por suscripción crece de forma constante, impulsado por el rechazo al financiamiento a largo plazo, la búsqueda de flexibilidad y la percepción de que poseer un automóvil ya no es sinónimo de libertad ni de estatus.
Las empresas de alquiler adaptaron sus servicios para atender a este nuevo público, ofreciendo planes mensuales con mantenimiento, seguro, impuestos y asistencia incluidos. El auto se entrega listo para usar y puede ser cambiado por otro modelo después de algunos meses, sin necesidad de pago inicial ni contratos de fidelidad a largo plazo. La lógica del uso bajo demanda reemplaza a la lógica de la propiedad.
El público objetivo de esta modalidad son jóvenes entre 25 y 40 años, con ingresos intermedios y residentes en grandes ciudades. Para este grupo, los costos y riesgos de la propiedad tradicional —depreciación, gastos fijos, mantenimiento imprevisto y burocracia para la reventa— se perciben como obstáculos innecesarios. El auto por suscripción, incluso con un costo mensual mayor que el de un financiamiento convencional, se ve como una opción más racional.
El crecimiento de este modelo también está relacionado con el contexto urbano. Con el avance del transporte por aplicaciones, la disminución del uso diario del vehículo y el encarecimiento del estacionamiento en zonas centrales, mantener un coche parado se ha vuelto financieramente injustificable para muchos. El acceso temporal y planificado al vehículo responde mejor a la demanda de movilidad puntual y previsible.
Otro factor clave es el avance de la digitalización. La contratación de planes por aplicaciones, la elección del modelo en línea y el seguimiento de los gastos en tiempo real han hecho que el proceso sea más transparente. El usuario sabe cuánto va a pagar, durante cuánto tiempo, y en qué condiciones puede cambiar o cancelar el servicio. El coche se ha transformado en un servicio, como ya ocurrió con la música, el alojamiento o el software.
Las propias automotrices también se adaptaron. Algunas pasaron a ofrecer sus propios planes de suscripción, incorporando este formato a su estrategia de relación con el consumidor. Otras establecieron alianzas con startups especializadas en movilidad. La idea es mantener el vínculo con el cliente, incluso sin la venta directa del producto, mediante modelos de ingresos recurrentes basados en el uso.
En 2025, el automóvil sigue siendo un elemento importante en la vida urbana, pero no necesariamente como patrimonio. Para un número creciente de brasileños, especialmente los más jóvenes, el coche ya no necesita ser comprado, financiado ni conservado como un activo. Solo necesita estar disponible cuando sea necesario.