
Por Redacción Ouller
En 2025, el sector turístico en Brasil pasó a contar con una estructura paralela de revendedores informales que operan exclusivamente a través de grupos de WhatsApp, perfiles de Instagram y recomendaciones personales. Sin tienda física, sin registro fiscal y muchas veces sin vínculo directo con agencias, estos intermediarios revenden pasajes aéreos, hospedajes, alquileres de autos y paquetes promocionales, generalmente adquiridos con millas, en sitios de tarifas reducidas o plataformas internacionales.
La lógica de operación se basa en la arbitraje y el trato directo. Los revendedores localizan tarifas con descuento, acumulan puntos en programas de fidelización, monitorean promociones y arman paquetes personalizados para familiares, conocidos o grupos cerrados. El cliente, por su parte, paga por Pix, recibe la confirmación de forma digital y rara vez exige un contrato. El modelo se basa en la confianza y el sentido de urgencia.
Esta estructura creció de forma silenciosa. En lugar de buscar clientes en el mercado abierto, los operadores actúan en nichos: empleados públicos que viajan en grupo, madres que organizan viajes escolares, profesionales independientes que buscan pasajes para congresos e incluso parejas que desean paquetes de fin de semana. El margen no está en el volumen, sino en la diferencia de precios y la agilidad del servicio.
El modelo responde a la demanda de personalización y ahorro. Muchos consumidores, desconfiados de sitios desconocidos o cansados de la rigidez de las plataformas tradicionales, prefieren negociar con alguien de confianza, incluso sin formalidades. La posibilidad de pagar en cuotas sin tarjeta, cambiar fechas con flexibilidad o recibir recomendaciones específicas ha hecho que los revendedores informales resulten más atractivos que muchas agencias formales.
A pesar de su crecimiento, esta estructura opera fuera de los marcos regulatorios. No hay garantías legales, políticas formales de reembolso ni fiscalización activa. Cuando surgen problemas con vuelos, reservas o cambios de itinerario, el soporte depende exclusivamente de la buena voluntad y capacidad del revendedor. Aun así, el crecimiento del modelo muestra que gran parte del mercado está dispuesta a cambiar seguridad jurídica por ahorro y atención personalizada.
En 2025, la reventa informal de productos turísticos se consolidó como fuente principal o complementaria de ingresos para miles de brasileños. La formalidad dio paso a la agilidad. El sistema ya no depende de tienda, computadora ni software integrado. Basta con un celular, una cuenta para recibir pagos y el conocimiento necesario para encontrar buenas ofertas antes que los demás.