
Por Redacción Ouller
El consumo de medios ha pasado por una transformación acelerada en la última década. En 2025, los contenidos cortos, fragmentados y de impacto inmediato dominan la atención de los usuarios, mientras que las producciones largas —como series extensas, reportajes en profundidad y vídeos de duración tradicional— pierden espacio ante la lógica del desplazamiento continuo y el estímulo visual constante.
La tendencia afecta a todas las franjas etarias, pero es especialmente fuerte entre los públicos más jóvenes. Aplicaciones de vídeo rápido, como Reels, Shorts y TikTok, pasaron a ocupar el tiempo de pantalla que antes se destinaba a la televisión, las plataformas de streaming e incluso la lectura. La lógica del consumo ha cambiado: el espectador ya no elige qué ver. Recibe una secuencia infinita de contenidos breves, definidos por algoritmos que responden a su comportamiento inmediato.
Este modelo también alteró la forma de producir contenido. Los creadores comenzaron a adaptar formatos, ritmos y guiones para captar la atención en los primeros segundos. El objetivo es evitar que el usuario deslice el dedo hacia el siguiente vídeo. La estética es vertical, rápida, sonora y centrada en la repetición de patrones virales. El contenido es cada vez menos narrativo y más performático.
Como consecuencia, los productos que exigen concentración prolongada enfrentan una caída en la retención. Los vídeos de más de diez minutos presentan tasas de abandono cada vez mayores. Libros, pódcast largos e incluso películas han comenzado a ser consumidos de manera parcial o intercalada. El tiempo promedio de permanencia en una misma actividad ha disminuido.
Las plataformas tradicionales intentaron reaccionar segmentando fragmentos, creando clips automáticos e invirtiendo en resúmenes visuales. El periodismo digital, por ejemplo, empezó a ofrecer versiones rápidas, listas y puntos clave antes del texto completo. El contenido no ha desaparecido, pero ha tenido que adaptarse a la atención limitada.
En 2025, la lógica del contenido corto no es solo una preferencia. Es el reflejo de un nuevo patrón cognitivo basado en la interrupción constante, el estímulo múltiple y la recompensa inmediata. Los medios largos siguen existiendo, pero ahora compiten con un flujo ininterrumpido de microcontenidos, donde la velocidad, el ritmo y el formato pesan más que la profundidad