
Por Redacción Ouller
El sector de los servicios domésticos en Brasil ha pasado por una reconfiguración silenciosa pero profunda. En 2025, aumenta el número de profesionales que trabajan con contratos formales, uso de aplicaciones de intermediación y oferta de servicios especializados bajo demanda, rompiendo con el modelo tradicional de vínculo continuo, informal y multifuncional.
Este cambio está relacionado con varios factores. El primero es la digitalización del acceso. Plataformas comenzaron a intermediar la contratación de empleadas por día, planchadoras, cocineras y organizadoras del hogar, con programación por hora, historial de evaluaciones y cobro automático. El modelo trajo previsibilidad para los contratantes y autonomía para los profesionales, que pasaron a controlar su agenda, definir precios y ampliar su cartera de clientes sin intermediarios físicos.
Otro punto es el cambio en el patrón de consumo doméstico. Las familias de clase media y media alta comenzaron a preferir servicios puntuales con enfoque específico: limpieza rutinaria, limpiezas profundas, preparación de comidas semanales u organización de armarios. La contratación fija y amplia, con jornada semanal y múltiples funciones genéricas, dio paso a un modelo más reducido, técnico y orientado a resultados.
Esta transformación también impulsó la especialización. Los profesionales comenzaron a invertir en cursos de técnicas de higienización, uso de productos específicos, cocina funcional, organización profesional e incluso hospitalidad residencial. El servicio doméstico dejó de ser visto como una extensión del trabajo informal y comenzó a acercarse a otras categorías técnicas con calificación progresiva.
El resultado es un sector más profesionalizado, con menos dependencia de la confianza personal y mayor enfoque en eficiencia, puntualidad y atención bajo demanda. La negociación de precios dejó de ser subjetiva. En muchas plataformas, los valores son fijos por tipo de servicio y tiempo estimado. El pago es digital, y la reputación del profesional es pública, funcionando como filtro para nuevas contrataciones.
Paralelamente, la legislación laboral más rígida y el alto costo de la formalización a tiempo completo contribuyeron a esta reorganización. Muchas familias optaron por prescindir de empleados fijos y mantener la residencia con profesionales rotativos y especializados, reduciendo cargas, obligaciones accesorias y riesgos legales.
En 2025, el hogar sigue siendo un espacio que demanda cuidado y organización, pero la forma en que se contrata ese trabajo ha cambiado. La empleada multitarea dio lugar a la profesional del servicio a medida. El vínculo personal fue reemplazado por la reputación digital. El trabajo doméstico, ahora, se trata como un servicio técnico, con especialización, agenda y contrato.